Uno de los gatos favoritos de H. P. Lovecraft se llamaba Sam Perkins y otro de ellos Nigger-Man.
Cuando Lovecraft era pequeño, su madre acostumbraba a vestirle
con ropa de niña, lo cual fue para él supuso un hecho traumático.
Se dice que su aversión por las criaturas marinas pudo estar en
gran medida influida por una intoxicación alimentaria que sufrió consumiendo
pescado cuando aún era un niño.
Lovecraft vivió aislado del mundo, acompañado primeramente por
su madre y, tras la muerte de esta, por sus dos tías. El único momento en que
Lovecraft gozó de una cierta independencia con respecto a su familia fue
mientras duró su matrimonio con Greene.
Cuenta la anécdota que, dado el carácter auto-reclusivo de
Lovecraft, nadie se percató de su defunción hasta que la hizo pública una de
sus tías.
Si se desea comprender mejor la vida de
Lovecraft, es recomendable leer un relato que el mismo Lovecraft escribió,
relato que podría considerarse una autobiografía alegórica: El Intruso. Es posible afirmar que al leer este relato uno puede
hacerse una idea de cómo se sentía Lovecraft en relación con un mundo que le
rodeaba, pero al mismo tiempo era ajeno a él y que le hacía sentirse como un
ente extraño.